martes, 2 de marzo de 2010

La Lucha de los Contrarios

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La evolución del lenguaje cinematográfico, desde los primeros documentales de los Lumiere hasta la ficción y su importancia en la actualidad, se debe a la necesidad del espectador de volver a la Caverna, esa necesidad de seguir viendo las sombras (ficción) por su fácil entendimiento. Esto ha llevado al documentalista a formularse nuevas propuestas para evolucionar la manera en que logra la representación de la realidad y de esta manera acabar con las sombras de la ficción. En otras palabras, el eterno debate entre el documentalista y el realizador de ficción.












El documentalista considera que el reino imaginario de la ficción guarda una relación metafórica con la historia y la experiencia vivída, como una especie de nube traslucida y minuciosamente configurada que muestra contornos y formas, patrones y prácticas que se asemejan a las que nos encontramos en nuestras propias vidas. Es posible considerar al documental como una modalidad en la que esta nube de ficción ha vuelto a descender al nivel del suelo. No atrae al espectador tanto los personajes documentales y su destino como los actores sociales y el destino en si (o praxis social). No esta preparado para comprender una historia sino para entender un argumento. Lo hace en relación con sonidos e imágenes que tienen un nexo característico con el mundo que todos compartimos.


El Mito de la Caverna

La mayoría de las películas documentales también adoptan muchas de las estrategias y estructuras de la narrativa, aunque no necesariamente las del largometraje como espectáculo de entretenimiento de masas. Agravando esta dificultad, muchas películas de ficción sobre “problemas sociales” se hacen con un objetivo tan cívico y socialmente responsable como el de muchos documentales. Por tanto el documental no identifica estructura ni propósito alguno que esté completamente ausente en la ficción o la narrativa. Los términos son un poco como nuestra distinción cotidiana, aunque nada rigurosa, entre frutas y vegetales.

Sin buscar agudizar el debate entre ficción y documental, esta reflexión parte de la necesidad de ubicar en el contexto histórico al que hacemos énfasis (el cine) en otra pugna que ya tiene mas de 2000 años y es el antecedente principal entre la lucha del director de ficción y el documentalista, el racionalista contra el empirista. Partiendo de esta premisa, es importante conocer las principales diferencias, aportes y representantes de ambas corrientes para poder comprender como estos movimientos fueron evolucionando. En el cine comenzó una fusión de estas teorías (en el caso del cine, géneros: documental y ficción) utilizando las características principales de cada uno para arribar a un genero totalmente nuevo. Antes de definir el resultado de esta fusión es importante comprender los pioneros de las teorías empíricas y racionalistas hasta llegar al juego mentira y verdad del falso documental. Cuando una mentira tiene el envoltorio de un documental, algo muy parecido a la verdad surge como por arte de magia. Los documentales falsos son un género hecho y derecho, que tiene disímiles resultados pero que ha sido abordado por los grandes maestros, como Orson Welles, Woody Allen y Peter Jackson.


Después de casi un siglo de la caverna de Platón, Aristóteles realizo gran énfasis en lo que es recibido por los sentidos, el saber obtenido mediante la experiencia, actuando contra el idealismo de Platón. Aristóteles aplicó el término filosofía natural a la labor de hacer sentido de la Naturaleza, usando lo que más adelante se llamaría razonamiento inductivo: mediante la observación repetida de acontecimientos u objetos de la misma índole se establece una conclusión sobre ellos. Esta teoría era opuesta al mundo de las ideas de Platón, que dependía de suposiciones a priori.

Aristóteles plantea el empirismo, pues considera que todas las filosofías y las ciencias tienen que partir de las experiencias, es decir, de las sensaciones que nos ofrece el mundo de la percepción y del conocimiento sensible. Desarrolló por primera vez en Occidente casi todas las ciencias naturales más importantes, tales como la física, la química, la geografía y las ciencias sociales más significativas como la ética, la política y el estudio de la sociedad.

Después de los descubrimientos científicos y geográficos de los siglos XVI y XVII, la concepción medieval del mundo se derrumbó. Sobre sus escombros renacen los embriones de visiones legadas por Platón y Aristóteles, y se terminan de definir y construir estas dos visiones, al parecer opuestas, pero a su vez complementarias. ¿Contradictorias? Depende del punto de vista, más bien hablan de cosas distintas: el empirismo y el racionalismo (o documental y ficción). Unos trataron de basar la filosofía en la experiencia, otros en la razón. Tal parece que los filósofos del primer bando eran científicos de lo que ahora se llaman ciencias suaves (biología, medicina), y los segundos de las llamadas ciencias duras (física, matemáticas). Es claro que los primeros se tenían que valer primero en la experiencia y los segundos primero en la razón, pero una no excluye a la otra. De hecho se necesitan mutuamente. Estos descubrimientos nacen con la ilustración, y es esta búsqueda de conocimientos y de buscar la representación de la realidad lo que llevo al hombre a un desarrollo continuo hasta arribar a la creación del cine.

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